domingo, 13 de enero de 2008

hueco hueco...en nuestras retorcidas mentes

Uf esto estaba abandonado...bueno igual tampoco hubo mucho movimiento en estos últimos 6 meses, exceptuando lo último que fue brutal. Pues bien, es hora de que les comente algunas cosas que aunque ya todo el mundo debería saber, es bueno repasarlas:

- Se han preguntado alguna vez por ese sentimiento extraño que nos sorprende, que surge a veces cuando le pasa algo malo, desagradable o simplemente indeseable a ciertas personas, y en el interior de nuestra retorcida mente se genera automáticamente una especie de satisfacción maligna. Parece ser que resulta ser un fenómeno no tan nuevo de nuestra cultura contemporánea, y en las sociedades de la información como que es algo muy común. No estoy seguro si es una versión un poco menos morbosa que el voyeurismo normal, o si es un deseo egoísta de nuestra parte de querer lo mejor para nosotros y lo peor para los demás, o si es una especie de envidia mutada en la que no hay una causa razonable sino el simple hecho de desear el mal al otro, porque nunca le ha tocado sufrirlo. Esto nos lleva al segundo problema al que me he enfrentado

- Siempre hablamos de justicia, cierto? También sabemos que la justicia es el fundamento y concepto en el que se basan las instituciones de nuestra sociedad. Nuestras acciones deberían estar encaminadas a lo mismo, supongo. Sin embargo, es obvio que lo que pensamos dista mucho de lo que hacemos realmente. El problema anterior es un claro ejemplo; cuando le deseamos el mal a alguien, o nos regocijamos cuando a alguien le pasa algo malo, no aplicamos un sentido o razonamiento de justicia. El hecho de que la persona se lo mereza o no carece de importancia. Otro podría argumentar que la justicia solo se basa en los hechos o acciones que uno realiza, no en lo que uno piensa, pero es que la única razón por la que no actuamos en cierta forma es porque el deseo o voluntad no es lo suficientemente fuerte. Teniendo lo anterior en cuenta, por qué somos capaces de llamarnos justos o injustos.

Vamos creando un hoyo lo suficientemente amplio, donde podremos meter más retorcijones. Pero es que no es mi intención confundirlos. Es lo natural, no esperen otra cosa. Reflexionen, porque luego hablaré del "propósito" de lo cual nos hemos dado cuenta...en los viajes.

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